Dentro de los muchos cambios que nos dejó Fajardo en la ciudad, hay uno con el que no he podido, la verraca raya amarilla.
No se trata de ninguna asociación de taxistas o de una zona escolar, no. Si usted se ha recorrido las aceras nuevas muy fácilmente las encontrará, se trata de unas baldosas que son diferentes a todas las demás.
Por una parte porque son amarillas, por otra porque van en sentido paralelo a la calle y tercero porque no he podido saber para qué sirven.
Y es que ahora en vacaciones siempre fue mucho el rato que le dediqué a las benditas rayas y no he podido encontrarles un uso certero.
Si ya saben de qué les hablo, pues encontrarán que caminar por esas acercas es lo más incómodo del mundo, porque uno es esquivando al que viene y que efectivamente no tiene ni idea que hay que caminar por el lado derecho, el de la mano con la que se da la bendición (claro que no falta el zurdo despistao), luego es esquivando esa raya amarilla y tercero cuando cae, es tratando de no troncharse un tobillo porque la cosa es de ese tamaño.
En una cervecería de la calle 10 fue donde más reflexioné al respecto y llegué a las siguientes conclusiones: la raya amarilla sirve para que cuando llueve el agua se vaya por ahí y no haga charco, que puede ser. También está la teoría ecologista, es el camino peatonal de hormigas, en vista de tanto aplastamiento suscitado en las aceras de la ciudad, es decir, Fajardo quiso limpiar son las hormigas lo que embarró con los árboles y tercero, que fueron puestas porque se les acabaron los adoquines o bloques normales y se creyeron los más artísticos poniendo esas rayas amarillas que ponen a prueba el equilibro de cualquiera.
Yo creo que por eso Fajardo agrandó las aceras, no para que más gente pudiera caminar sino para poder meter esa raya amarilla, no sé si por las hormigas, por los riachuelos que van por las aceras o porque como los perros quería marcar territorio y en vez de orinarse en cada una de sus hechuras encontró otra forma igualmente amarilla de dejar su huella.
Ni me quiero imaginar a una viejita con un caminador esquivando esas baldosas, más encartada que Uribe con Chávez y la esposa echándole cantaleta a la vez (Claro que una alegada de doña Lina inspira más autoridad Jaimito el cartero). Y a propósito, ya que hablamos de caminadores, menos mal liberaron a Clara y Consuelo, porque la mamá de una de ellas, que anda con el aparatico, ya ha acabado como tres caminadores y como en la Fórmula Uno, hay que tenerle el caminador muleto.
Ya que tanta gente se va a parar a protestar el 4 de febrero y a la idea original le han ido pegando otras arandelas, como para protestar de una vez por varios temas, ojalá también metiéramos este tema y ojalá que en la protesta no se compruebe el trájico designio humano para el cual fue creado: hacer caer, torcer pies y poner a prueba el equilibrio de niños, jóvenes y adultos.
lunes, 21 de enero de 2008
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1 comentario:
La rayita amarilla es la ayuda para los ciegos, si notas en los cruces se vuelven bolitas para indicarle a los cieguitos que viene un cruce.
Que mas hombre, de casualidad encontre esta pagina tuya. Es una risa. Por que no seguiste escribiendo en la revista viernes. Era la columna que le alegraba a uno el dia. Cosas muy tribiales pero del dia a dia. Mejor dicho el Andres Lopez paisa, (ojala no odies la comparacion) Donde estas escribiendo ahora? rickohg@hotmail.com
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